| CB Murcia: ¿Llegará el día? |
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En teoría, y en mi cabeza, el análisis del CB Murcia 08/09 debía ocupar dos artículos seguidos. Eso era cuando pensaba, tontazo de mí, que la temporada había concluido después del último tiro libre anotado por Taquan Dean en Zaragoza. Como sabréis, el club murciano presentó hace un mes los precios de los abonos para la próxima temporada. Además, los rumores de días posteriores nos hablaron de la inminente llegada de un grupo de personas, con dinero e ilusión, dispuestos a adquirir el CB Murcia e iniciar una nueva etapa. Demasiado bonito para ser cierto. No tengo más remedio que hacer un paréntesis en el análisis deportivo del año.
De un mes a esta parte se han ido sucediendo hechos sorprendentes y surrealistas (sí, sí, más aún) y el futuro del equipo se ha complicado hasta el más extremo de los extremos. En esencia, la película vivida entre mayo y junio del año pasado es la misma que la actual, con un par de diferencias, una buena y una mala. La buena es que ahora, a diferencia de 2008, hay gente dispuesta a recoger el testigo de Polaris World. La mala es que ahora, en oposición a lo ocurrido en 2008, existe una púa de al menos 1'2 millones de euros. Eso suponiendo que estemos en lo cierto. Quizá el año pasado también hubo personas dispuestas a comprar el club, y quizá también existiera alguna deuda que no conocimos.
Que se sepa, el "autor" principal de la púa es el patrocinador aportado en julio de 2008 por el ayuntamiento de Murcia, Tranvimur, empresa gestora/constructora de la infraestructura "pública" del tranvía. Aunque el equipo ha estado luciendo su nombre en las camisetas, el compromiso de esa empresa, tal y como descubrimos con perplejidad hace unos meses, jamás se llegó a plasmar por escrito. Otra parte de la deuda puede venir del uso, en esta misma temporada, del dinero aportado por el canal autonómico "7 Región de Murcia" para los tres próximos años. ¿Qué os parece? Tremendo, desde luego. Mientras dudaba de recopilar y resumir los acontecimientos para contarlos aquí, consciente de que en el intento, quizá, sufriría una severa apoplejía, me encontré (a Dios gracias) con un
artículo, "Ángeles y demonios", firmado por Juan Francisco Hernández en su blog "Juego de pies". Os lo recomiendo para situaros en escena.
En mi opinión, en este asunto no hay nadie que disponga de toda la información. Por tanto, es muy difícil comprender lo que está pasando y, lo que es más importante, porqué está pasando. Sabiendo lo que sé, lo único que sé con seguridad es que no sé nada. ¿Qué interés puede haber en hacer las cosas mal? Tal vez no se hacen mal de manera intencionada, pero eso no exime de responsabilidad al que se equivoca, y menos aún a los superiores de los mismos, que son los que lo consienten. No sé a qué juega el ayuntamiento de Murcia en la persona de su concejal de deportes. Tampoco sé a qué juega Polaris World, y quizá el juego de uno y otro sea el mismo, y ambos estén librando una lucha particular, interna e intestina, cuyos motivos desconocemos pero entre cuyas implicaciones está, muy a nuestro pesar, el CB Murcia. Si el CB Murcia ya de por sí tenía una historia deportiva de lo más extraña, sólo le faltaba verse metido en esta rocambolesca partida de ajedrez político-empresarial para rematar la faena. La Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, aparentemente ajena a los tejemanejes municipales, intervino el año pasado logrando cambiar de la noche a la mañana el discurso pesimista del ayuntamiento y de Polaris World.
Este año, el discurso pesimista ha dado una nueva vuelta de tuerca con perlas engarzadas por el concejal de deportes, tales como que el CB Murcia es un enfermo terminal al que todo el mundo tiene miedo de desconectar de la máquina (curiosa metáfora, teniendo en cuenta que su partido político está en contra de la eutanasia), que es un gigante con los pies de barro y que sus posibilidades de sobrevivir son de un 20%, "si llega". Y otra vez, el gobierno autonómico, con su consejero de Cultura y Turismo al frente, ha parado en seco al ayuntamiento de la capital con frases demoledoras, tales como que sería lamentable, "y quiero recalcar lo de lamentable", que el CB Murcia desapareciera por una deuda de 1'2 millones. En opinión del consejero de Cultura, "verbalizar el optimismo" es fundamental para hacer posible lo imposible.
En Murcia por estas fechas la anormalidad se ha vuelto norma, y la normalidad, es decir, el trabajo y las ganas de encontrar soluciones, se ha transformado en un suceso tan extraño como un perro vestido de faralaes y cantando "la Macarena". Esperamos el día en que, al fin, las cosas se hagan bien con el CB Murcia y en el CB Murcia; que, tras tantos años de historia y de subidas y bajadas, el club encuentre su propio camino y se estabilice; que su existencia se haga incuestionable, lo gestione quien lo gestione y gobierne quien gobierne; que su afición vuelva a llenar las gradas del Palacio de los Deportes como hace diez años; que exista un proyecto, y que detrás del mismo haya gente con ideas nuevas y con empuje para llevarlas a cabo; que abandone las faldas de la administración pública en cuanto a cuestiones fundamentales, y que sólo se encargue de recoger y gestionar el dinero de la subvención correspondiente en beneficio de la cantera y del fomento del deporte. Todos esos deseos deben ir cogidos de la mano, pues creo que son partes de una misma cosa.
¿Llegará el día? Ojalá que sí, y que para cuando estéis leyendo este artículo, se haya puesto la primera piedra.
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