CAI Zaragoza: La maldición del último cuarto |
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El pasado sábado 8 de noviembre por fin se desvaneció una sombra que perseguía al CAI Zaragoza desde el inicio de la liga ACB. En su enfrentamiento con el Ricoh Manresa no sólo logró una victoria trascendental, sino que además se desembarazó de un lastre que parecía inagotable y peligroso: el bajón del último cuarto.
En los encuentros anteriores, el equipo mantenía un nivel competitivo bastante alto hasta que se enfilaba la fase definitiva, en la que sufría una sorprendente transformación muy cercana al personaje de Mr. Hyde creado por Stevenson. Los minutos anteriores, con altibajos pero siempre con posibilidades de victoria, se desvanecían no se sabe bien si por problemas físicos o mentales. La defensa se resquebrajaba y las variantes ofensivas dejaban de serlo para convertirse en un ataque espeso y alocado que facilitaba el triunfo del equipo rival. Tampoco ayudaba mucho esa tentación continua de apelar a una defensa zonal en los momentos decisivos con la que parece convivir Curro Segura.
Pero el sábado fue distinto. Tras unos primeros cuartos plenos de igualdad, en la que incluso el Ricoh Manresa estuvo por delante en el marcador bastantes minutos, la amenaza del último período parecía no presagiar nada positivo para el conjunto aragonés si atendíamos a los precedentes.
Sin embargo, la transformación fue brutal: una agresiva defensa sobre las líneas de pase, un perfecto equilibrio interior-exterior, contraataques con pocos pases muy efectivos, una sobresaliente dirección final de Lucas Victoriano, con penetraciones muy inteligentes que hacía tiempo no nos mostraba, y el omnipresente Quinteros anotando con su facilidad habitual , con varios robos de balón incluidos, posibilitaron que el Príncipe Felipe viera quizá los mejores diez minutos del equipo en la máxima competición nacional.
El CAI consiguió igualar el balance de derrotas y victorias (3-3), dejar un buen sabor de boca en su afición, por cierto, la más numerosa de España y una de las primeras en Europa con sus 10.526 abonados, y desterrar, no sabemos si para siempre o de forma transitoria, la imagen de un cuarto maldito.